El negro, el “camel” y el mostaza fueron los colores protagonistas, que se alternaron con los azules y los grises.
Ferragamo, marca textil de lujo nacida en Florencia en 1927, prefirió las bufandas jaspeadas y largas que, anudadas al cuello con varias vueltas, llegaban a un largo que sobrepasaba los tobillos.
Entre sus propuestas para el próximo otoño/invierno sobresalieron también las gabardinas de cuadros con doble botonadura.
El negro fue el color preferido por la firma estadounidense Calvin Klein, que presumió una sastrería masculina impecable en la que tampoco faltó el gris. Tejidos jaspeados y plásticos brillantes adornaron pantalones, chaquetas y camisas.
Los botines altos de cuero negro y con cordones fueron los reyes del calzado, mientras que, como complementos, Calvin Klein optó por los bolsos de asas cortas y las gorras de béisbol.
Por su parte, Prada optó por gabardinas largas por encima de las rodillas y conjuntos de camisa y pantalón, en colores vino, negro y gris.
Como complementos, prefirió las gafas con montura cuadrada y los maletines de cuero negro con dos hebillas plateadas, mientras que en los pies, los modelos lucieron zapatos clásicos negros con bandas finas de colores.
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