Cuando el color pinta el armario de ellos

Debo confesar que me sorprendió la solicitud de un novio que encargó un traje blanco para su boda. Totalmente blanco, algo poco frecuente entre los futuros esposos, pero no por ello, menos elegante. El resultado superó con creces las expectativas; delicados detalles bordados e incluso un sombrero de copa, marcaron la diferencia para alguien con una personalidad arrolladora y muy varonil.

Muy pocas veces en nuestro medio, los varones tienen la audacia de cambiar los tradicionales colores oscuros por una gama más amplia de matices diferentes. Con timidez acceden a usar una delgada línea de color, un ribete o un detalle en el cuello que avive su atuendo.

Durante siglos, después de los excesos de las cortes europeas, el género masculino ha restringido sus preferencias en vestuario a los tonos más oscuros, o al menos los más sobrios, de la paleta cromática: negros, grises, azules, cafés entre otros semejantes.

Pero las tendencias van transformándose y evolucionando.

Los representantes del género masculino también quieren alegrar su guardarropa, transformarlo para sorprender y conquistar, especialmente en ocasiones especiales. Cuánto de color lleven y el cómo, será determinante para no perder su elegancia y masculinidad, un término que hoy, definitivamente no necesariamente se asocia con lo oscuro y monótono.