jueves, 3 de diciembre de 2015

The Blackest, el día más negro

Las fotos blanco y negro de Herb Ritts, el libro de imágenes Sex de Madonna, la Barbie Malibu de los 70 y la cantante francófona Jeanette han influenciado en los diseñadores Juan Carlos Pereira y Andrés Jordán al momento de crear The Blackest Day (el día más negro), una colección que para ellos es “un viaje libre por la naturaleza de una manera oscura y poco tradicional.

Esta muestra pertenece a la marca Juan de La Paz, un proyecto que nació cinco años atrás y que fue concebido como una firma de joyería. Al tiempo, cuenta con varias líneas como una cosmética y otra que ofrece accesorios para el hogar.

“Contamos con una tienda matriz en Samaipata, en Santa Cruz, donde vivimos, y tenemos varios puntos de venta en el país y algunos en el exterior”, dice Juan Carlos.

La línea de los diseños de Juan de La Paz se caracteriza por el comercio justo y la sustentabilidad. “No concebimos nuestro trabajo como diseño de moda, es más diseño de producto, siendo nuestras colecciones de indumentaria un producto más”, recalca el diseñador quien junto a Jordán han expuesto su trabajo en bienales de diseño como la BID 12 y BID 14, en Madrid.

Las prendas están pensadas para una generación, “nos jactamos de conocer personalmente a nuestros clientes; gente joven, no solo de edad sino de espíritu”. The Blackest Day es para creativos y amantes de la naturaleza. Es para quienes se alejan de los cánones, “es para gente real alejada de una fantasía alienante; su estética está marcada por la individualidad y les encanta construir mensajes con su modo de vestir. Son líderes en su entorno y muchos son agentes de cambio en nuestra sociedad. Todos esos valores son congruentes con la marca”.

En estas mallas vibra el espíritu de la libertad, pues los autores desean transmitir versatilidad y comodidad. “El cliente, sin ningún problema, tiene el poder de decidir dónde y cuándo usar la marca. Ya sea en una fiesta de lujo o en un campamento”.

De ahí que para la sesión de fotos se buscó un espacio en común entre el arte de la fotografía y el diseño, siendo éste la perfección de la naturaleza.

“Una naturaleza desaturda que obliga al espectador a ponerle el color que quiera al momento de transportarse al escenario perfecto. Construye tu propio paraíso, fue lo primero que pensamos”.

Para esta colección, los artistas eligieron el algodón tanto en tejido plano como en su versión en Pima mercerizado con seda para el tejido de punto, un sello que caracteriza su trabajo. También se ve géneros como canvas (lienzos) impresos y neopreno (caucho sintético) para prendas ceñidas e infaltable, el látex negro para trajes de baño.

Con esos materiales y la moldería de la indumentaria deportiva de hace 45 años se aventaron a un juego de readaptar los patrones setenteros y darles un toque de contemporaneidad gracias a la serigrafía y a la impresión textil como técnicas que sellan el día más negro.


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