jueves, 8 de enero de 2015

Lumbersexuales: El regreso de los rudos



Es hora de decirle adiós al metrosexual de afeitado perfecto, piel de bebé (a punta de ingentes cantidades de productos cosméticos), pantalones ajustados y cabello engominado para dar la bienvenida al lumbersexual, el hombre rudo de aspecto salvaje que parece salido del bosque.

El término “lumbersexual” proviene de la palabra en inglés “lumberjack”, que quiere decir “leñador”, y sirve para reivindicar la masculinidad tradicional, usurpada por el metrosexual, según se lee en el portal www.eltiempo.com.

La barba larga y descuidada es su principal característica, eso y una camisa a cuadros que, si se acompaña con un morral, da la impresión de que guarda en ella un hacha, aunque lo más probable es que lleve su laptop, un iPhone y que su camisa de leñador sea de marca.

Su calificativo como tribu urbana le ha merecido numerosos artículos en medios de todo el mundo. Su aparente desprecio por las cremas, los bolsos y la ropa que la industria creó para los metrosexuales está generando un mercado propio.

Según AFP, existen otros signos distintivos. En la forma de vestir, por ejemplo, están los pantalones remangados para dejar las pantorrillas al desnudo durante el verano y las enormes parkas, botas y gruesas camisas de franela con estampado escocés para afrontar el invierno.

En cuanto a gustos, prefieren combinar la barba con el cabello engominado, tener gustos alternativos en materia cultural y amar la comida casera... siempre con despreocupación y naturalidad.

Códigos gay apropiados

Como ha sucedido siempre en el mundo de la moda y las tendencias, el lumbersexual construye su imagen apelando a códigos de la estética homosexual, lo cual hace sonreír a los gays, que los habían robado hace décadas a los auténticos leñadores y trabajadores rurales.

“La imagen del leñador existía desde hace tiempo en el porno gay”, comenta a la AFP Sylvain Silvermann, que dirige la sección de cultura en el semanario homosexual francés Têtu. “La cultura heterosexual ha digerido completamente la cultura gay, reapropiándose sus códigos vestimentarios”.

El fenómeno ya se había producido hace una década con los metrosexuales que, siguiendo a David Beckham, adoptaron de los gays la preocupación por el cuidado corporal, las cremas o la ropa de marca, sin dejar de preferir a las mujeres.

El “lumbersexual” se inspira ahora en el bear (oso) —el gay barbudo y peludo que suele aparentar ser corpulento y rudo— y el cub (cachorro) —un hombre joven con apariencia y de complexión de oso— para jugar a fondo la carta de la virilidad y dejar bien en claro que le interesa más irse de camping que a las tiendas de Tom Ford o Dolce&Gabbana.

Sobre esta tendencia, Holly Baxter, columnista de The Guardian, apunta: “Los hombres han atravesado un tiempo más difícil que las mujeres al jugar con los géneros a través de los estilos y la moda todavía no les concede el lugar que les corresponde. Los acusan de robar la imagen del mundo gay de los ‘osos’ y ‘cachorros’, y parece probable. El lumbersexual se exhibe con una estética muy masculina y una sonrisa irónica desvergonzada”.

La revista Cosmopolitan defiende este estilo preguntando a sus lectoras: “¿Estás saliendo con un lumbersexual? Es hora de que lo sepas. Su barba es frondosa y desaliñada, porque no se miró al espejo en meses. ¿Sabes por qué? Porque no hay espejos en el bosque natural. Es posible que al estar leyendo esto te des cuenta de que estás saliendo con un lumbersexual. ¿Y sabes qué? Eres afortunada”.

Los lumbersexuales están de moda gracias a estrellas como Ben Afleck, Robert Pattinson, Joe Manganiello, Hugh Jackman y Gerard Butler que han traído de vuelta a las calles a los entrañables leñadores del bosque.

Fuente: AFP; eww.eltiempo.com, www.cosmoenespanol.com y emol.com.




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